En nuestro esmerado proceso no sólo seleccionamos la aceituna en el árbol, si no que en la recepción del fruto, separamos calidades y variedades, limpiando el preciado producto de pequeñas hojas, ramas y suciedad que pudiera traer para cuidar así la elaboración del aceite de oliva desde su inicio.
El lavado de la aceituna es una labor meticulosa, se limpia de todo tipo de impurezas que pueda llevar adherido, el agua de las lavadoras, que son las encargadas de este proceso, se cambia constantemente, dependiendo de la suciedad que lleve la aceituna.